lunes, 28 de enero de 2008

Crónica deportiva II

El Madrid se escapa

Robinho y Guti, que volvió a la titularidad en el Bernabéu, comandaron un vibrante triunfo madridista ante el Villarreal (3-2). El Submarino Amarillo torpedeó en dos ocasiones la ventaja de un Madrid que abre nueve puntos de brecha con el Barça.

Diego Campo

Madrid.
Había confesado Messi esta semana que al Barça sólo le quedaba rezar para intentar el asalto al liderato que con tiranía ostenta el Real Madrid. Tras empatar ante el Athletic, que volvió a parecer ese equipo de casta, casi inexpugnable en su campo, más que rezar lo que le quedaba al Barça para seguir viendo la estela del líder, era un milagro fiado a las botas de los jugadores del Villarreal.

En Madrid, los blancos salieron con la moral por las nubes conscientes de que estaban ante una inmejorable oportunidad de asestar un golpe importante a la Liga. Eso lo notó el Villarreal, que durante los primeros diez minutos se dedicó a ver venir las acometidas locales. Cuando los castellonenses quisieron darse cuenta, Guti vio un gran desmarque de Robinho y le puso en bandeja un balón para que celebrara con un gol su 24 cumpleaños. El Madrid se cobraba el pinchazo blaugrana y dejaba encaminado un partido que debía ser mucho más complicado de lo que se estaba viendo. El gol significó también la rehabilitación de Guti como centrocampista del Real Madrid.

Fin de la imbatibilidad de Casillas

Aunque no cambió mucho la actitud del Villarreal tras el gol de Robinho, los visitantes se contagiaron del espíritu de su rival durante esta temporada y en su primer acercamiento al área blanca, Rossi remató durísimo lejos del alcance de Iker Casillas poniendo las tablas. El gol sirvió para cortar la racha de más de 500 minutos sin encajar un gol por parte de Iker, pero no acabó por desperezar al submarino amarillo que continuaba con problemas ante las llegadas locales.

Robinho tuvo en sus botas la oportunidad de adelantar de nuevo a su equipo, pero su disparo lo rechazó con el cuerpo el exmadridista Diego López. El 10 del Madrid se mostraba como el jugador más activo sobre el campo y la mejor baza para el ataque de su equipo.

Control madridista y posible penalty sobre Van Nistelrooy

Aunque el empuje inicial del Real Madrid se había ido diluyendo, la tripleta Gago- Guti- Baptista, llevaban el control del partido y creaba ocasiones para su equipo. Fue Guti quien sirvió a Michel Salgado cuyo disparo repelió Diego López. Mientras, el Villarreal confiaba todo su peligro ofensivo a las contras de Rossi y Nihat.

A diez minutos para la finalización de la primera parte, Raúl cabeceó al interior del área un balón que ya esperaba Van Nistelrooy para rematar, cuando fue empujado por Javi Venta impidiéndole el contacto con el esférico. El delantero holandés protestó airadamente la decisión arbitral, pero el Madrid no se descompuso y reaccionó pisando el acelerador hasta el descanso.

Guti puso a prueba a Diego López en una falta en la frontal del área y Baptista remató a la red un envío de Salgado que había salido por la línea de fondo. El partido estaba siendo un ejemplo de intensidad y buen fútbol, con un Madrid más entonado pero con el Villarreal llevando el miedo a la zaga local, cuando sus delanteros cazaban un balón con metros de campo por delante.

La llegada del descanso firmó la tregua de un partido que se estaba desarrollando a la altura de las expectativas, con dos equipos que demostraban el por qué de su posición en la tabla.

Robinho saca partido del intercambio de golpes en la reanudación

Dos acciones de los “nueves” de cada equipo inauguraron la segunda. Ramos desvió un remate de Nihat desde dentro del área y, acto seguido, Van Nistelrooy hizo bueno un mal control para rematar demasiado centrado sobre la portería de Diego López.

Los dos equipos mantenían sus roles de la primera mitad y de nuevo fue el Madrid el que golpeó primero. Casillas descolgó un córner del Villarreal e inició una rápida contra llevada por Sergio Ramos que salió disparado de su área buscando el campo rival. Diego López repelió dos remates madridistas, de Raúl y Guti, pero no pudo con el tercero de Robinho y el Madrid volvía a adelantarse.

El Madrid cuajaba posiblemente su mejor partido del campeonato y Pellegrini trató de frenar el ímpetu local introduciendo a Josico y Ángel. Antes, Baptista estuvo a punto de conseguir el tercero, pero Diego López, que para entonces ya era el más destacado de su equipo, despejó el fuerte disparo del brasileño.

Sustituciones para la ofensiva final

El tanto madridista anestesió en cierta medida el encuentro. Nihat pagaba el esfuerzo realizado y fue sustituido aún con 20 minutos por disputar, en favor de Tomasson. El Madrid también movió su banquillo y dio aire nuevo a su centro del campo con la entrada de Sneijder por Julio Baptista.

Con el holandés en el campo, el Villarreal consiguió el empate por mediación de Capdevila que remató un rechace en el área. Pero poco les duró la alegría a los visitantes porque apenas un minuto después, el recién ingresado Sneijder resolvía un gran pase de Gago para hacer el quinto gol del partido y el tercero de su equipo.

El partido era un auténtico espectáculo con dos equipos entregados al fútbol de ataque y que disputaban cada balón con una intensidad absoluta. Precisamente en uno de esos envites, Salgado salió mal parado y pidió la sustitución, rompiendo los planes de Schuster que pensaba en retirar a Robinho para dar entrada a Drenthe. El holandés acabó sustituyendo al maltrecho lateral gallego que se retiró cojeando ostensiblemente. El recambio al 10 madridista fue Higuaín, que entró a tres minutos para el final.

La tensión se prolongaría hasta la última jugada del encuentro. Casillas despejó a córner un remate visitante tras falta lanzada por Senna. El Villarreal contó con la última opción a saque de corner, pero el envío no encontró rematador y el Madrid pudo cobrarse el pinchazo del Barça ante el Athletic. Pese a los rezos de Messi.

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lunes, 21 de enero de 2008

Crónica deportiva

Mi debut como cronista deportivo en La Gaceta siguiendo de lejos la estala marcada por Juanma Trueba, periodista del As, y grande de verdad en este mundo.


http://www.gaceta.es/20-01-2008+viejos_complejos_misma_flor,noticia_1img,51,51,9810

Viejos complejos, misma flor

El derby siguió el guión de siempre. Raúl lo sentenció a los 30 segundos. El Atlético volvió a acomplejarse. Casillas paró todo lo que no repelieron los postes. Van Nistelrooy sentenció cuando más apretaban los locales. Golpe de autoridad del líder.

Diego Campo

Madrid
. Regresaba Raúl al campo con el que mantiene el idilio más especial lejos del Bernabéu. Hasta 10 goles había sumado el capitán blanco en sus enfrentamientos ante el Atlético de Madrid, el último en el partido que inauguraba la temporada, con un cabezazo que anunciaba su reaparición como el goleador que fue. Y 20 jornadas después, no quiso faltar a su cita con la estadística y en menos de un minuto adelantó al Real Madrid tras finalizar una buena acción de Robinho que dejó sin cintura a Pablo. 1-0, el partido casi sin comenzar y todo el trabajo semanal al garete. Sobre todo el colchonero que tardó en recomponerse del mazazo inicial.

El partido era también el de la reaparición de Guti, perseguido por las huestes rojiblancas desde el pitido inicial y el del esfuerzo de Pepe por estar a punto para tan magno partido. Sin embargo, su participación se limitó a los 10 primeros minutos, tras los cuales se resintió de su lesión en el talón y fue sustituido por Michel Salgado. El Madrid recompuso su zaga con Ramos en el eje y Salgado en la banda derecha.

Las imprecisiones y el juego duro predominaron en los primeros compases de juego. El gol no acabó de asentar al Real Madrid en el campo y cedió la posesión del juego al Atlético a la espera de que algún contraataque dejara encarrilado el encuentro. Y a punto estuvo Robinho en el minuto 18, cuando cabeceó completamente sólo un envío de Salgado tras una gran recuperación de Gago en la frontal del áerea colchonera.

Dominio y ocasiones atléticas

La réplica local no se hizo esperar y en diez minutos gozó de dos ocasiones: la primera a cargo de Forlán que aprovechó un pase de Agüero tras pérdida de Gago para rematar con la zurda sobre el cuerpo de Casillas. Y la segunda después de que Motta cabeceará al travesaño un corner servido por Simao.
El Atlético se hacía con el control del juego y los de Schuster confiaban en la pólvora de su tridente para subir el segundo al marcador. Apunto estuvo de hacerlo Robinho cuando culminó un rápido contraataque de Sneijder disparando desviado sobre la meta de Abbiati.

Van Nistelrooy castiga la mala puntería local

Casillas evitó el empate con una gran intervención a remate de Pablo y Kun vio desviado su remate al larguero por una nueva mano providencial del de móstoles. El Atlético llamaba con insistencia al gol pero, como marca la ley del fútbol, sería el Madrid el que lograría el segundo. Un córner de Sneijder al segundo palo fue aprovechado po su compatriota para rematar con la zurda ante la presencia de un desafortunado Pablo.

El tanto del holandés cayó como un jarro de agua fría entre la afición y el equipo atlético que se limitó a esperar la llegada del descanso para preguntarse qué habían hecho para merecer semejante castigo.

La segunda parte siguió por los mismos derroteros de más tensión que juego. Al Atlético le faltaba claridad en el centro del campo para abastecer buenos balones a sus delanteros. A la falta de esa figura, sólo las arrancadas de Forlán llevaban peligro.

Posible penalty sobre Agüero

Y como en todo buen derby, la polémica se sirvió en el diez de la segunda parte. Agüero recibió en el área y un precipitado Salgado golpeó su tobillo haciéndolo caer. Muñiz no vio penalty y en la siguiente jugada Sneijder tuvo en sus botas conseguir el tercero. Un ejemplo perfecto de lo que estaba siendo el partido.


El Atlético, desquiciado

El Atlético jugaba presionado por el resultado y a los blancos llegaban muy fácil a las inmediaciones del marco defendido por Abbiati. Un omnipresente Raúl sembraba las dudas entre la zaga colchonera y Robinho sacaba de quicio al colombiano Perea que vio la tarjeta amarilla en una entrada innecesaria sobre el brasileño en el centro del campo. Sólo un minuto después, Muñiz no vio un clarísimo derribo del lateral atlético de nuevo sobre Robinho. De manera incomprensible, Perea fue al suelo para evitar la galopada del extremo blanco golpeándolo. El colegiado asturiano sólo señaló corner. A las acciones de Perea que apunto estuvieron de dejarle fuera del partido, se unió la de un desquiciado Maxi que pudo lesionar a Torres en una feísima entrada que fue sancionada con tarjeta amarilla.

Intento de reacción confuso

Aguirre movió los resortes de banquillo y retiró a Motta, con poca presencia durante todo el partido, por Luis García, en busca de esa chispa que le estaba faltando. Pero ni con esas. La sensación de peligro era abismal entre un equipo y otro y el orgullo de los locales no eran suficientes para llevar el peligro a la meta de un Casillas casi inédito durante la segunda parte.

El entrenador mexicano pareció arrepentirse de sus sustituciones e introdujo a Kleber por Maxi, recuperando la figura de dos mediocentros. Con el brasileño en el campo, Agüero tuvo la oportunidad de meter a su equipo en el partido, pero su disparo se fue rozando el poste de Casillas. El Atlético perdía la fe y su tiempo era cada vez menor.

Infatigable Raúl

El capitán del Madrid no pudo hacer más. Adelantó a su equipo, sirvió buenos balones a Robinho y Van Nistelrooy, ayudó a los laterales en sus emparejamientos con Reyes y Luis García y dio la sensación de hacer siempre lo mejor para su equipo. Fue la imagen del Madrid que se vio en el Calderón; confiado, luchador y con pegada.

jueves, 17 de enero de 2008

Miserias

Paulino Cubero, cuya ficha técnica respondería a: 52 años, parado, Ciudad Real, ha sido contagiado por un virus de difícil cura: la misión histórica. Tan solo con pasar breves instantes en compañía de Alejandro Blanco, presidente del COE, y al manchego se le han podido escuchar palabras de desasosiego e incredulidad porque apenas una semana después de filtrarse su letra para el himno nacional, los organizadores han regresado sobre sus pasos y la han retirado. Así que es normal que Paulino no entienda nada.

Yo tampoco lo entiendo, si bien mis dudas se remontan al mismo día en el que Blanco se erigió como salvador de la patria y decidió otorgarnos una letra para nuestro himno, amparado en que existía una demanda del mundo del deporte, ultrajados por no tener qué cantar al conseguir sus logros. Decidió entonces abrir un concurso público y seleccionar un jurado compuesto por varios catedráticos, un letrista y una deportista que debían hallar las mejores rimas entre todas las presentadas. Y, según ellos, la mejor fue la de Paulino. Por eso la eligieron. Lo que sucede es que Blanco se había hecho a la idea de una presentación apoteósica a cargo de Plácido Domingo y la Orquesta de la Comunidad de Madrid, en la que todo serían loas a su iniciativa y, a través de la cual, podría retirarse tranquilo consciente del legado que deja a futuras generaciones. Lástima de la filtración inoportuna que dio al traste con su sueño.

Por eso ayer compareció ante la prensa para anunciar la retirada. “No ha cumplido el objetivo de unir a todos” se atrevió a decir, indecente. Y, por supuesto, aunque no ha asegurado el propósito que se marcaba, no ha dimitido. Se ha limitado a desautorizar a un jurado designado bajo su aprobación y a montar un circo en torno a una figura institucional como es el himno de España.

Personalmente, pueden aprobar la letra para el himno que más les apetezca porque de ninguna manera pienso sentirme representado en semejante artificialidad que, en términos comparativos con el resto de países, debería de avergonzarnos y hacer que prefiriéramos dejar las cosas según están. En el país de los agraviados, España, en de la disculpa permanente para no herir sensibilidades, es atrevido pensar en una letra para el himno porque ésta necesariamente será superficial y frívola.

Que medios de comunicación como El Mundo entren al juego propuesto por el COE significa que, definitivamente, no entiendo nada. Igual que tú, Paulino.

En el punto de partida

No he podido elegir mejor momento para inaugurar este blog que esta semana, tras desatarse un ciclón sobre la calle Génova. Por cierto, la repetición de la letra “p” en el título de este blog es puramente casual.

En vista de los hechos, he de comenzar aseverando que los dirigentes del Partido Popular son cicateros y la retórica de su líder, definitivamente, deja tener gracia.

El martes decidieron no incluir a Gallardón en las listas electorales para las elecciones del 9 de marzo, atendiendo al órdago de Aguirre que había amenazado con dejar la Comunidad de Madrid si eso se producía. Rajoy decidió, entonces, que lo mejor era mantener a cada uno en su puesto y hacer tabla rasa. Antes, un día para ser concreto, había anunciado el aterrizaje como nº2 del PP por Madrid al paracaidista Manuel Pizarro, antiguo presidente de Endesa.

Por qué son cicateros los dirigentes de la “cúpula” (en otro caso significaría elite, pero aquí es simplemente, mezquindad) del PP:

Por decisiones políticas:

  • Marginan al ganador de cuatro elecciones por mayoría absoluta en Madrid.
  • Se pliegan a unas exigencias de un subordinado que en cualquier empresa de este mundo sería intolerables para el jefe en cuestión.
  • Son incapaces de apartar el cainismo de sus filas.
  • Cuatro años más tarde se presentan a las elecciones con los mismos nombres que en 2004, comicios que perdieron.

Por decisiones comunicativas:

  • Le dan la campaña hecha al PSOE que desde ya se dedicará a resaltar el punto tres de esta enumeración y la falta de liderazgo de Rajoy, más patente que nunca por mucho que digan El Mundo y La Razón.
  • Para una vez que el PP puede hacer oposición agresiva con algún tema como el reconocimiento de Zapatero de que siguió negociando con ETA tras el atentado de la T-4, desatan una tormenta en su seno que hace olvidar semejante revelación, abocándolos a un nuevo fracaso en las elecciones.

Por las repercusiones sociales que genera:

  • Acaban por mostrar a las claras lo poco que les importa los gobiernos autonómico y municipal en Madrid.
  • Inician una crisis en el PP de esa región que supera incluso al de la FSM.

Debe pensar Mariano que por aplazar la solución de los problemas éstos acaban por remediarse por ciencia infusa. Los intentos de algunos medios de presentarnos al presidente popular como un dirigente frío e implacable me parecen un tanto sorprendentes, más cuando imagino que compartirán algunos de los puntos expuestos anteriormente.

A decir verdad, la clave de esta polémica no es que el alcalde de Madrid no vaya en las listas, sino el enredo, la constante recreación en las palabras de los últimos seis meses para marear la perdiz, el juego al despiste y, finalmente, la manera tan tosca cómo se ha tomado la decisión.

Para rematar la faena, Rajoy sentenció: “No necesito a nadie para ganar, me basto yo y las siglas del partido". De acuerdo Mariano pero, ¿qué has hecho en estos cuatro años que te hayas todavía en el punto de partida?