miércoles, 7 de mayo de 2008

Matices

El doble juego permanente de los políticos me saca de quicio. Ahora les ha dado por llamar a las cosas por su nombre. Sí, esos mismos que hacen declaraciones tan burdas como "España se rompe" y clasificaciones tales como la alguna vez mentada "derecha extrema" son capaces, cuando las circunstacias obligan, a intentar darnos lecciones de semántica.

Así, las negociaciones según con quién, son contactos o acercamientos, pero no negociaciones, porque eso supone un matiz de cesión. Los trasvases se convierten en desviaciones temporales o conducción de agua, pero nunca trasvase, que además sería incompatible con el Estatuto catalán (vaya lío).

La última entrega de este serial lo encontramos con la desaceleración económica. Es desaceleración y no crisis porque seguimos creciendo aunque a un ritmo menor, explicación coherente pensarán ellos y puede que hasta aceptable, si no supusiera un aumento del paro de cerca de 37.000 personas en el último mes. Para alguno de los nuevos parados la desaceleración ha resultado ser una putada muy gorda y, suponemos también, que una crisis familiar y personal, mire usted por donde.

Aunque puede que el Gobierno tenga razón y no haya crisis económica. Al menos para los vecinos de mi barrio. A ellos lo de la desaceleración les queda muy lejos, atendiendo a su primor a la hora de pedir "otra caña" en la terraza bajo mi casa. No hay crisis que la primavera no palie.

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