martes, 6 de mayo de 2008

Sin rubor

El Larguero tuvo la pasada madrugada a Ramón Calderón en sus micrófonos para hacer balance del título liguero, la temporada y sus dos años de mandato. De la Morena le puso en bandeja una entrevista fácil, quizá por no agriar la felicidad del título.

Calderón señalaba los errores de la anterior Junta Directiva, la de Florentino, sin que al líder de las ondas se le ocurriera siquiera replicar qué había hecho él (Calderón) para remediarlo dado su cargo de directivo entonces.

Pero lo peor no fue el exceso de indulgencia que podremos justificar en aras del contexto del diálogo. La vergüenza vino a continuación, cuando el director del programa adelantó una entrevista con El Canto del Loco para que "nos cuenten como se vive el madridismo y el fútbol en las ciudades dónde tocan".

En eso se está convirtiendo el periodismo. En una suerte de actividad clientelar que no palidece ante explicaciones tan absurdas como ésa. Al menos, De la Morena tuvo la delicadeza de señalar que la presencia del grupo en su programa era también porque "son amigos míos".
Arriba el espíritu crítico.



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