El hidalgo y el escudero

Roberto Gómez es un personaje. Creo que con eso bastaría para describirle. Indagar en su personalidad sería perder el tiempo. Berto, Óscar y yo mismo nos lo pasábamos en grande viéndole en El Rondo, sentado en el borde de la silla, con el bigote afeitado empapado en sudor y lanzando sentencias a los posibles presidentes del Real Madrid, durante la última campaña electoral del club blanco. Él no preguntaba con el objetivo de conocer. Simplemente daba la oportunidad al entrevistado (Ramón Calderón, Lorenzo Sanz...) de aceptar la realidad. Es muy simpático.

En 'Marca', periódico deportivo capaz de sacar a toda página una victoria del Madrid antes que la plata histórica del baloncesto (lo mismo que el As), escribe varias columnas. Todas hiperbólicas. Por su título (Mis balonazos, Mis palcazos, y así) y su contenido. En la 'contra' de ayer ensalzaba la figura del actual presidente madridista, comentando su 'señorio' y otros conceptos ambiguos. La razón de semejante dispendio aclamatorio era la decisión de Calderón de no 'tocar' a varios jugadores cuyos clubes no quieren vender, caso de Diego Capel. Gómez instaba a otros dirigentes a seguir el ejemplo calderoniano.

Roberto Gómez, en Periodista Digital.

Pero hoy Ramón le ha fallado. Como es materialmente imposible que Roberto Gómez se invente una noticia, hemos de concluir que Calderón, con el que habla varias veces al día, le ha traicionado. Dice el 'Marca' de hoy:

'A por Cazorla'.

Así empezó todo: Los presidentes del Real Madrid y Villarreal mantuniveron un cara a cara durante el pasado GP de Valencia.

CALDERÓN: Fernando, vamos a ir a por Cazorla. Es una petición
de nuestro entrenador.

ROIG: Ramón, no me jodas, no me hagas eso. (Sus palabras no son merecedoras de negrita).

CALDERÓN: Tenemos el dinero y vamos a pagar su cláusula. Si llegamos a un acuerdo con el jugador, le fichamos.

El ingenioso hidalgo y su noble escudero.