viernes, 15 de febrero de 2008

Truhánes

Me he comprado en Zara una camisa hortera y unos pantalones. 50 € de adquisición, lo que supone justo la mitad de lo que el INE estableció como el gasto medio de los españoles en estas rebajas. Me he quedado en tierra de nadie respecto a las directrices marcadas por el Instituto de Estadística pero me sigo considerando buen ciudadano. Tan bueno, tan bueno, que incluso ejerceré mi derecho al voto el 9 de Marzo porque quiero sentirme identificado cuando el político de turno diga tras conocer los resultados “lo primero, agradecer a todos los españoles su actitud ejemplar en ésta, una nueva fiesta de la democracia…” y todo eso.

Pero bueno, hoy no he venido a hablar de la campaña y las elecciones que estoy perezoso. Prefiero hablar de la pasarela Cibeles y la feria del arte, ARCO, que tampoco son los dos temas más atrayentes del universo, pero comparten con el otro el mismo espíritu de engañabobos.

El otro día entrevistaban en El País a Bimba Bosé, sobrina de Miguel Bosé y persona de nombre extraño a no ser, que es, que te dediques al mundo de la farándula y la venta de humo. El titular de la charla no tenía desperdicio, pues alcanza rincones de la intelectualidad desconocidos aún para el resto de los mortales. Decía Bimba que la clasificación de las mujeres en diábolos, cilindros y no sé que más, le parecía mal, pues consideraba que es un modo de tratarlas como objetos. Uno a veces se queda perplejo de lo que tiene que escuchar o leer, pero aún más cuando hay quien le da la razón ante semejante afirmación. (Aquí caben los tres contertulios de la Mirada Crítica que se hicieron eco de la entrevista).

Veamos; la clasificación tiene un objeto puramente práctico. Unificar las tallas para evitar que comprar ropa derive en una suerte de problemas psicológicos propios de nuestro siglo. Que a Bimba esto le parezca mercantilizar a las mujeres, es para hacérselo mirar, más que nada porque proviene de una persona que se dedica al llamado “mundo de la moda” donde, claro está, los criterios de selección de los modelos/as no tiene nada que ver con aspectos superficiales como el físico, ¿no?

Respecto a la pasarela Cibeles, en sí misma, sólo tengo que decir que me ofende que los medios de comunicación, sobre todo las televisiones (¿seguro que son medios de comunicación?) se hagan eco del desfile de turno, aliñado con comentarios de los más ridículos: “la propuesta del diseñador pepito propone a una mujer del siglo XXI y sorprende con su estilo ecléptico donde todo vale….” Eso último sí es cierto; de hecho vale miles de euros.

El segundo punto de gran venta de humo en estos momentos es ARCO, una feria de arte contemporáneo. Será que soy un analfabeto en la materia, pero me parece una tomadura de pelo suma y obscena, semejante a la que plantea la ONCE en sus spots sobre cómo ganar dinero. Y un ejemplo más de que el mundo del arte se ha convertido en un “todo vale” donde el conceptualismo se ha apoderado del objeto artístico y cualquier cosa puede simbolizar otras muchas con que el autor se lo proponga y tenga cara dura para venderlo.

No creo que con los 50 € que me quedan disponibles para el dispendio pueda pujar por algún ropaje de Cibeles u objeto artístico de ARCO. Mejor me los guardo en el bolsillo que es, como diría Pizarro, dónde mejor están. Vaya, ¡mierda de campaña electoral que lo ensucia todo!

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