martes, 5 de mayo de 2009

El regreso

Ha sido tal el número de correos electrónicos, llamadas vía móvil y palmaditas en la espalda que he recibido en las últimas dos semanas tras mi lesión en la muñeca, que le debo a la legión de seguidores de este blog una actualización sobre ese particular, al margen del agradecimiento por las molestias tomadas.

Así que ahí va un avance tranquilizador: la muñeca bien, gracias. Tras noches de desvelo por el dolor y pesadillas dónde sólo se escuchaba el eco de una voz que decía “quítate la camiseta, quítate la camiseta…” (raro, pero era una pesadilla), el guión expuesto por la médico en nuestra breve entrevista, se cumplió a rajatabla. Por ser un poco quisquilloso, cabría decir que hubiera preferido una atención médica menos tecnificada y un trato más personalizado, pero las Urgencias están como están y la industria farmacéutica no parece un buen rival al que provocar. Así que tomaré por bueno el ibuprofeno que me recomendó la, no por médico, menos joven muchacha.

En lo que preferí no seguirle la corriente fue en eso de visitar al galeno de cabecera. Y no porque no haya habido mañanas que invitaban al paseo hasta el centro médico o porque la prensa del día no brindara guiños al humor tempranero, pero no sé, el lío de la gripe porcina (también llamada “gripe”) me ha sensibilizado y he preferido evitar cualquier visita no obligada a las estancias de paredes blancas y profesionales con bata. Además, he mejorado bastante desde entonces. De hecho, toco la guitarra de nuevo, para alegría de mis vecinos a los que les dedico impagables sesiones repletas de éxitos del rock and roll, donde no faltan canciones de Andrés Calamaro, Guns N`Roses, ACDC, Loquillo… Y gratis, para que luego digan.

Por si fuera poco, esta tarde regreso a los terrenos de juego tras una semana de precavida ausencia. Tras mostrarme implacable en mi intención de no permanecer en la portería ni cinco minutos, el Mau-capitán del equipo ha accedido a convocarme de nuevo. Toma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía nene que lo habías pasado tan mal durante las noches... Intentaré no pronunciar esas palabras para no urgar más en tu herida :)

Anónimo dijo...

Yo también intentaré no pronunciar esas palabras, jojojojo.