lunes, 17 de noviembre de 2008

Las zetas, las kas y las nuevas tecnologías

Le citaré por su nombre completo para evitar la trampa de ensalzarlo con un alias épico, o al menos curioso, y aún a riesgo de que la empresa, harto complicada por la proliferación de zetas y kas, me lleve más tiempo del que quisiera dedicar a este hijo de la gran... ya saben ustedes qué: Mikel Garikoitz Aspiazu. Nótese la importancia de las zetas y las kas para ser un auténtico vasco, dentro de la particular concepción de la realidad en general y la lengua en particular, que tienen los etarras.

Bueno, pues Mikel patatín patatán era el jefe de comandos de ETA. Era conocido por su afán en la seguridad. Ya no tendrá que preocuparse. Alcalá Meco, sirva como paradigma de las cárceles del país, le servirá como refugio los próximos años. Lo que hace de este sujeto especialmente despreciable es su edad; 35 años. Como es bien sabido, en ese tiempo no se ha dedicado a investigar con células madre precisamente y sí a forjar su ascenso en la banda terrorista, eso sí, siempre a golpe de detención anterior, lo que tiene que acabar por ser frustrante, pues a uno le valoran por simplemente estar y no por lo que vale. Qué pena.

Dicen que su sucesor es "aún más violento" y ciertamente debe ser también un tonto del culo de postín. Así se entiende a esta gente que vive en agujeros y se comunica por carta en pleno siglo XXI, con tal de no ser descubiertos, aunque finalmente no lo consigan.

Por cierto, impagables imágenes las de los dos penúltimos etarras detenidos. Es una pena que las cámaras sólo recojan el momento en el que suben al coche patrulla y lanzan sus habituales frases empachadas de zetas, kas y tes. Lo hermoso sería haber visto su valentía cuando, subidos en sus Orbeas (esto de por sí ya es cómico), la policía (no sé qué cuerpo fue) sospechó de ellos y se lanzó a detenerlos mientras a los intrépidos terro-ciclistas (término acuñado por deppolitica y entregado a la comunidad) sólo les faltó decir que sí, que son de ETA, pero que las bicis pensaban devolverlas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Palo duro, para los pistoleros, que les echen el guante por usar matrículas caducadas y enviarse correos desde cibercafés. Los que pensaban dentro de la banda, ahora en el trullo o arrepentidos, han dejado solos a estos chapuceros del crimen organizado. Que les den.