sábado, 8 de marzo de 2008

Palabras más o menos

Por desgracia, tan recurrente como el atentado que precede a la celebración de elecciones en España, es la lectura que los partidos políticos sacan de esos lamentables acontecimientos y la vorágine de declaraciones bien intencionadas y con grandes dosis de cinismo que tenemos que escuchar.

Ayer fue un trabajador afiliado al PSOE el que pagó con su vida la indecencia de la violencia etarra. En Mondragón. Este último dato no es baladí pues en esa localidad de cerca de 20.000 habitantes gobierna ANV, ese grupo al que condenar la tiranía de ETA le parece una meta inalcanzable.

En el duelo por el asesinato de Isaías, que así se llamaba el buen hombre, se han podido ver imágenes en las que cientos de vecinos acompañaban a la familia en ese trágico momento. Y a mí, esa respuesta del pueblo, me da que pensar, pues muchos de los que ayer lloraban la muerte de este hombre, habían votado meses atrás a un partido que da coartada política y social a la sinrazón. Que se defienda una cosa y la contraria es tan fácil de explicar como referirnos a nuestra condición de humanos, pero no deja de ser un ejemplo patente de la esquizofrenia en la que están instalados parte de los vascos.

Una actitud ciertamente similar a la de algunos medios de comunicación de nuestro país a los que les faltó tiempo hace cuatro años para mediatizar la pésima gestión del gobierno de entonces y que ahora claman porque no se utilice este asesinato como arma arrojadiza. Palpable demostración de que las elecciones las gana y las pierde mucha más gente de lo que aparece en las listas. A partir del lunes lo veremos.

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