lunes, 3 de marzo de 2008

Un cisma de desidia

Este es el artículo que escribí desde Cuba para mi periódico y que los muy simpáticos no tuvieron a bien publicarme, sabe dios (nunca mejor dicho) el por qué. Pero bueno, siguiendo la máxima del nuevo periodismo "yo soy el medio", lo escribo aquí, que tendrá más o menos la misma repercusión, todo sea dicho.



El eco de los discursos grandilocuentes que la renuncia de Fidel Castro provoco en la comunidad internacional no ha llegado a La Habana. A solo un día de que se conozca el nombre del sucesor de Castro al frente de las Fuerzas Armadas y la presidencia del gobierno, Cuba vive con tranquilidad el trance que supone la ruptura con casi 50 años de dictadura y para muchos, la única forma de vida que han conocido.


Desde Cuba, la decisión de Castro se ve de dos formas bien distintas en funcion de quien sea tu interlocutor y, especialmente, su edad: de un lado, ejemplifica una decision tomada por el bien del pueblo dado la evidente decadencia del estado de salud del Comandante. De otro, supone el penúltimo paso astuto por parte de Castro que vence su última batalla pues se aleja del poder para no ver retransmitida su progresiva enfermedad.


Porque la edad juega un papel fundamental en este cisma vivido con desidia por los cubanos, quienes deberían ser sus máximos protagonistas. El contraste de opiniones se dibuja con facilidad en funcion de la quinta a la que se pertenezca, pues la clase social o las condiciones de vida en Cuba es un aspecto indiferente por ser similar en todos los cubanos: mísera.


Hipólito Dorado, superados ya los sesenta años, es próximo a las ideas “revolucionarias” que fian su existir a la propia figura de Castro. Este abogado, que trabaja como guia turístico de la ingente cantidad de visitantes que la Isla acoge como remedio que palie su situación económica, resalta los “avances sociales” que el regimen castrista a promovido y “la universalizacion de la educación y la sanidad”. Explica la miseria como consecuencia “del embargo al que Estados Unidos somete a Cuba”. Ese mismo bloqueo que es utilizado por el régimen para mantener viva la llama de la “revolución” y de la ingerencia en las vidas de todos sus habitantes. Dorado, que ademas habla inglés y francés, reconoce con dificultades la intromision del gobierno en los asuntos cotidianos si bien aclara que se lo debe todo “a Castro”.

EL PAPEL DEL TURISMO

El derrumbe de la URSS hace mas de diez años aún resuena en Cuba. La pérdida del mecenas soviético obligó al régimen castrista a abrir sus fronteras y promover el turismo como único modo de subsistencia. El resultado ha sido un conglomerado de obscenas imágenes en las que se entremezclan las casas semiderruidas con los hoteles rascacielos y los lujos propios de la sociedad occidental en plena Habana Vieja donde los cubanos mendigan productos de primera necesidad como jabón e incluso boligrafos. Pero además, el trato con extranjeros ha ido dejando cierto poso reformista de quienes anhelan parecerse a esos extrarrestres que pisan sus calles y toman mojitos en La Floridita donde Heminghway barruntaba sus novelas.


Pero pese a los buenos deseos, lo cierto es que en un país con la cartilla de racionamiento vigente, en el que el sueldo medio de un trabajador es cercano a los 12 dólares al cambio y en el que el mercado negro es punto frecuente de destino para los cubanos que no ven solventadas sus necesidades básicas, la renuncia de Castro entreabre una puerta a la esperanza de muchos de los que piensan que otra forma de vida es posible. Aquella en la que la unica figura mística merecedora de aparecer en carteles y edificios sea la libertad que pretenden alcanzar, aunque para su desgracia, al extranjero le sorprenda la pasividad con la que manifiestan sus sueños.

1 comentario:

Mgb dijo...

Escriba algo, vago, venga, venga!