sábado, 21 de junio de 2008

Comunidad Internacional

El entramado de las relaciones internacionales es tan complejo que corremos el riesgo de no querer intentar, tan siquiera, comprenderlo. Ese tablero de dobles raseros, tan enredado para conocerlo, lo es propicio para las simplificaciones y las teorías peregrinas donde, negro sobre blanco, la atribución de roles al estilo “Far West” resulta fácilmente entendible y peligrosa.

Lo dice Robert Kagan en El Mundo de hoy. La involución democrática en Rusia es un hecho evidente que las potencias occidentales tratan de ignorar para no someterlo a una condena expresa y tener que lidiar con las represalias energéticas que eso supone. “Rusia estaba convirtiéndose en una democracia, pero Putin la ha transformado en un sistema casi zarista” opina el ensayista, asesor de McCain para las elecciones estadounidenses y promotor de la guerra de Irak.


El cuadro interno de Rusia se completa con el informe de la OSCE que pone por escrito el vox populi del carnaval democrático de allá de los Urales. Dice la Asamblea que “las elecciones rusas no fueron limpias”, y que los comicios no cumplieron muchos de los compromisos y estándares que se habían fijado”, voz en el desierto si se atiende a la nula respuesta internacional que este hecho tendrá respecto a un país semi-habitado y en el que en los últimos 16 años sólo ha atendido a un cambio relevante, la sustitución de una autocracia por otra, si se quiere más peligrosa, por vestirse de régimen democrático y apartar, perseguir y asesinar los conatos disidentes que creyeron en el valor de la palabra escrita.

1 comentario:

Mgb dijo...

Pues hoy El País trae esta entrevista a Kasparov, que me parece un ejemplo de tenacidad, valentía y coherencia política.

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Putin/quiere/mandar/Stalin/vivir/Abramovich/elpepusocdmg/20080622elpdmgrep_3/Tes

Saludos.