Por si acaso tenemos que arrepentirnos, ya vamos con las prebendas del gafe de Zapatero y la repetitiva, abusiva, cansina y estúpida frase de Lineker que me niego a trasladar aquí por ser sobradamente conocida.
Así que sí, que vamos a ganar, que podemos y todo eso, pero Cuatro recurré al vudú como táctica disuasoria de malos farios, al cumpleañosfeliz (¿?) con el mismo motivo y así una retahíla de triviales rituales que alguien podría decir que nos señala como el país anacrónico e ignorante que en realidad somos, el mismo en el que sacamos de procesión a los santos a ver si llueve. Digo yo que alguien podría pensar eso, no sé.
De todo esto también subyace otra característica de nuestra idiosincrasia: la envidia. Rescatada ahora para acordarnos de los que no están (Raúl), de los que no marcan (Torres), o de los rehabilitados para el fútbol nacional (Luis Aragonés), como si tuvieramos que olvidar de facto que un hombre dijo lo que dijo y luego no lo cumplió.
Entre todos acabamos por lograr que el éxito de todos se diluya en las cuitas sobre las que hemos forjado nuestra identidad.
domingo, 29 de junio de 2008
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