Esas formas, trasladadas al ámbito futbolístico de la Selección, son las de la posesión, el buen juego y el toque corto, a las que debemos añadir el poderoso contraataque. Si huimos de esa corriente de vagos intelectuales que señalan a lo feo como garantía de éxito, convendremos que la decisión de Luis de continuar cuando prometió marcharse es una traición a sus principios.

Sea como fuera, hoy todos nos congratulamos de esta victoria por lo que de limpia de leyendo negra histórica supone y porque vemos completado el círculo de hazañas deportivas, siempre tan huérfanas de ese paso adelante de la Selección.
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