Ese malestar, que nada tiene que ver con la temida Italia futbolística, ni con los amenazantes tochos universitarios, lo causa una lejana decisión de Jorge Garbajosa respecto a su futuro profesional. Desligado del conjunto que le impedía volver a vestir la camiseta de la Selección, los titulares de prensa señalan su posible convocatoria para los JJ.OO de Pekín, opción viable tras conocerse la lista del nuevo seleccionador, Aíto García-Renéses. Y es este hecho el causante de mi desasosiego, pues no encuentro respuesta que calme mi duda de saber qué meritos ha hecho el ala pívot español en los dos últimos años para ganarse una plaza entre los campeones del mundo.

Si su convocatoria para el Eurobasket pareció el reconocimiento a su contribución durante el Oro de Japón, su presencia en Pekín escaparía a mi capacidad de entendimiento, pues no parece la española una selección donde escaseen buenos jugadores de basket.
Así que cito a las explicaciones que sacien mi nerviosismo en la noche de este fin de semana post-exámenes, eternamente deseado. Espero que el reencuentro con los valientes combinados nocturnos que se travisten de primeras marcas, me sirvan para entender un episodio que, mucho me temo, no tiene ninguna explicación.
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