jueves, 11 de septiembre de 2008

¿Plagio? ¿Qué plagio?

Les supongo al cabo de la calle de la tormenta doméstica levantada por las afirmaciones de la prensa sobre el presunto plagio realizado por Enrique Bunbury del poeta Pedro Casariego y su posterior justificación.

En sociedades maduras, este victimismo resignado trituraría al músico que se ufanase de sostenerlo, pero el fanatismo es inmutable a cualquier argumento.

Fiel a los manuales clásicos de estrategia, minimiza sus puntos débiles y saca el máximo partido de sus fortalezas: convierte un problema sociocultural que le desborda en un banal debate de reproches personales y lloreras infantiles.

Así que, el 9 de septiembre, Bunbury respondió a las sugerencias de plagio que se le hacen y afirmó: "No esperen nuevos anuncios de discos en el día de hoy, no tiene sentido improvisar y escribir todos los días nuevas canciones". Si, total, "dos frases no hacen un plagio". Insuperable.

No hay comentarios: