Las cuentas de la liquidación

A esta hora Solbes se amortiza como ministro de Economía del Reino. Sólo él sabe las razones que le llevaron a aceptar una prórroga en su puesto de garante de las cuentas públicas para esta legislatura, pues lo imaginamos consciente del negro panorama que se cernía sobre la economía patria. Pero el caso es que, después de hacerse desear, aceptó, así que a la crítica más o menos feroz queda sometido, por su inoperancia y escasa influencia para hacer prevalecer sus criterios, la última vez con motivo de la compra de suelo público a cargo del Gobierno.

Mientras Solbes se consume en la comisión de economía y hacienda (pongámoslo en minúsculas para no caer en el ámbito de la sobreaactuación), los hilos se mueven a su espalda, con ese maestro de ceremonias amigo del buenismo a la cara y de sutil y precisa puñalada a la espalda, a la sazón, presidente de España. Nos informa El País que Taguas medió desde la oficina económica de Moncloa para salvar a Martinsa y a la vista de los hechos, medió poco, pero medió.

Lo suficiente para añadir otro capítulo a ese frente de oposición a Solbes que no forma el sensato Cristóbal Montoro, sino los especialistas en el terreno opaco, Taguas y Sebastián. Sólo una china más en el camino de quien asegura que la inflación 'seguirá subiendo unos meses', cuestión sensiblemente más importante que el futuro de un político liquidado.