miércoles, 2 de julio de 2008

Alrededor

Todavía no se tiene constancia, pero bien parece que Sarkozy es masoca. No se entiende de otro modo la forma en la que ha destruido la fama que le precedía, ese aura casi divino de hombre sin complejos que iba a realizar, costara a quien costara, las reformas que Francia necesitaba. Aquello es ya, un mal chiste. Del presidente francés se habla por sus relaciones amorosas y por sus deslices televisivos, el último hace unas horas, cuando le leyó la cartilla a un técnico de la televisión francesa que le había negado el saludo.

Es especialmente grave que el foco de atención mediática para un presidente sea su intimidad y su afán de protagonismo. Pero no podrá culpar Sarkozy a terceros de haber generado esa expectación. También debe servirnos como paradigma para los que dicen y decimos en ocasiones aquello de que "esto no ocurre en ningún otro país del mundo". En Francia tienen de presidente a un hombre de baja autoestima; en Italia otro que cambia la ley en función de sus necesidades para no ser procesado; y en Holanda se permite la existencia de un partido que defiende abiertamente la pedofilia.

¡Ah!, y nosotros ganamos la Eurocopa.

1 comentario:

Mgb dijo...

Hombre, Sarkozy tendrá la autoestima baja, pero es mucho mejor presidente que Sapatero. A mí me parece bien que le enseñe modales al cámara maleducado: a un presidente de la República se le saluda, más si estás poniéndole un micrófono en la solapa.

Yo soy sarkozista a muerte, ya sabe.

Y que en Holanda exista un partido pedófilo - aunque no conozco bien qué ocurre con el partido - que no comete delitos me parece un símbolo de madurez democrática: aquí lo habrían linchado las sansebastianes, burgos y ussías de todos los periódicos tratándoles como a unos monstruos, cuando son personas enfermas que en algunos casos reconocen su enfermedad y buscan medidas para controlar sus nefastas consecuencias.

(Si puede lea Raval, de Arcadi Espada).

Por lo demás coincido en que no somos peores que los de alrededor.

Un abrazo.