martes, 6 de octubre de 2009

Somalia

A Somalia sólo le hace falta una buena campaña publicitaria para vencer ese estigma de Estado fallido o “no-Estado” que le persigue desde que Estados Unidos tuviera la idea de desembarcar allí para luego pensar “pies, para que os quiero”. En esa campaña se podría vender su incomparable clima soleado todo el año y con posibilidad de mar o montaña, en función de si el turista va al norte o al sur. Es obvio. Y por su posición geográfica, incluso podríamos aprovechar un lema bien memorable: “Un cuerno de Somalia, es mucho”.

También podría venderse su incesante actividad marítima, en la que lugareños armados con AK-47 entretienen a los turistas persiguiéndolos y secuestrándolos hasta que un millón de dólares son excusa suficiente como para dejar de hacerlo. En fin, que Somalia es un país con todas las posibilidades a la espera de que algún alma emprendedora se atreva a meterle mano.

Por eso los dos piratas que la justicia española piensa en traer a España para juzgar por un delito inexistente en nuestro código penal, están pasando un mal trago. Acostumbrados a los lujos de su vida en Somalia, están alarmados por la posibilidad de que en unos meses se vean con los huesos en la trena y, allí, los sometan a la pena de comer tres veces al día y dormir en un colchón.

Los piratas habían pensado en pedir auxilio diplomático al otrora invasor extranjero, pero cayeron en la cuenta de que aquellos también detenían a personas en el extranjero para juzgarlas con fórmulas ad hoc, por mucho revuelo que se montara a escala internacional. Así que ahora asumen su destino sin dejar de pensar para qué quieren estos españoles el Ejército cuando tienen una justicia con semejante determinación.

1 comentario:

Ange dijo...

Por eso me vine yo del Africa tropical...

besitusssssss